lunes, 15 de julio de 2013

Programar algo distinto en mi Parroquia. ¡Qué lío!

En estos días de julio me encuentro trabajando en la programación de pastoral del curso próximo para que cuando llegue septiembre tenga una propuesta que ofrecer al Consejo Pastoral. Pero cada día que pasa, me encuentro algo más desanimado porque no veo que con lo que venimos haciendo, y lo que pienso que podemos hacer, estemos respondiendo a esa llamada a la Nueva Evangelización. No llegamos a los más alejados y la gran masa que acude a la parroquia viven intensamente la vida sacramental pero no dan ningún paso más en el compromiso de vida cristiana, y el círculo más comprometido crece muy muy lentamente, se compensa con aquellos que pasan a la reserva activa.

Repasando  los documentos de la Iglesia me iba preguntando cómo evangelizar en este tiempo, y me topé con esta respuesta del Papa Pablo VI: "Este problema de cómo evangelizar es siempre actual, porque las maneras de evangelizar cambian según las diversas circunstancias de tiempo, lugar, cultura; por eso plantean casi un desafío a nuestra capacidad de descubrir y adaptar,...() a los Pastores de la Iglesia, incumbe especialmente el deber de descubrir con audacia y prudencia, conservando la fidelidad al contenido, las formas más adecuadas y eficaces de comunicar el mensaje evangélico a los hombres de nuestro tiempo" (EN 40); También el Beato Juan Pablo II en Haití, en 1983, decía "Una Evangelización nueva: nueva en su ardor, en su expresión, en sus métodos"; Igualmente Benedicto XVI en un Motu Propio, en septiembre de 2010, afirmaba que tenemos que "descubrir y promover las formas e instrumentos para realizar esa Nueva Evangelización"; y recientemente el Papa Francisco nos decía que "La Iglesia necesita transformar sus estructuras y modos pastorales orientándolos de modo que sean misioneros. No podemos permanecer en el estilo clientelar que, pasivamente, espera a que venga el cliente, el feligrés, sino que tenemos que tener estructuras par ir hacia donde nos necesitan, hacia donde está la gente, hacia quienes deseándolo no van acercarse". 

Hay quien conociendo la parroquia de La Trinidad piense que no nos podemos quejar, la verdad es que sí debemos, porque en nuestra feligresía y fuera de ella hay muchas gentes que andan como ovejas sin pastor. Y me duele especialmente el déficit que tenemos de jóvenes. Tenemos una pastoral de iniciación que va caminando, también prematrimonial y matrimonial, algún que otro grupo de adultos como el de Acción Católica, tres hermandades que participan activamente en la vida parroquial, un extraordinario grupo de Caritas, grupos de oración... pero ¿y nuestros jóvenes? No estamos preparados para llevar a ellos el primer anuncio, no sabemos cómo hacerlo. Nos da miedo cambiar el chip al que nos invitan los Papas. Seguimos empeñados en ofrecerles lo que ya es caduco en las formas no en el contenido, porque Jesucristo es el Eterno Contemporáneo que da respuesta al hombre de cada tiempo y llena de sentido su existencia. Nuestro problema sigue siendo que no hemos hallado el modo de mostrar esta Buena Noticia a aquellos que están más alejados.

Sigo en la distancia con mucho interés la Jornada Mundial de la Juventud en Río, y también, el encuentro de jóvenes andaluces en el Rocío que está desbordando todas las expectativas de asistencia, pido intensamente al Señor por los jóvenes de la parroquia que están esta semana en Taize. No paro de conocer experiencias que otras parroquias, en distintos lugares del mundo, han puesto en marcha con un éxito extraordinario. Desde aquí, os invito a todos los amigos y fieles de la parroquia a sumar ideas o propuestas, ofrecerse a participar en su desarrollo, y ayudarme en este empeño de renovar nuestra acción pastoral para que verdaderamente nuestra Parroquia sea una comunidad evangelizadora y crezca con entusiasmo y no envejezca como afirmaba el Papa Francisco.

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