viernes, 29 de abril de 2016

A palos con la Concertada

Todos los años se vuelve a repetir la misma canción. Las familias optan por la enseñanza concertada de forma abrumadora, hasta tal punto, que muchos padres ven frustradas las aspiraciones de elegir la educación y el centro que quieren para sus hijos. Es cierto que la escasa natalidad y que muchas familias emigrantes hayan vuelto a sus países de origen en este tiempo de crisis, trae como consecuencia una mayor oferta de plazas educativas y que estas queden vacías, especialmente en la red de centros públicos.

Ante esto, los mecanismos propagandísticos de los defensores de la enseñanza pública y excluyentes de cualquier otra propuesta educativa, se permiten el lujo de lanzar a la sociedad mensajes maliciosos, medias verdades, para desacreditar a la enseñanza concertada. El más cacareado es el de afirmar que la “Concertada” está privilegiada con respecto a la “Pública”. Eso es una falacia. Después de tantos años, nadie ha podido concretar esta mentira. Más bien es al contrario, es la “Concertada” la que está discriminada en la partida de otros gastos que lleva tiempo congelada: pagan mal y tarde, un profesorado que trabaja más horas y peor pagado, menos ratio profesor/unidad que en la “Pública”; y tampoco se financia la orientación en Primaria: servicios como comedor o transporte que son gratuitos en la “Pública” por lo que perjudica la verdadera libertad de elección a las familias más desfavorecidas. En definitiva, por qué ir en contra de la “Concertada” cuando un puesto escolar es un 40% o 50% más económico que en la red “Pública”.

Y cabría hacerse otras preguntas: ¿por qué coartar el derecho de los padres, recogido en la Constitución (art.27), a elegir el tipo de educación que quieren para sus hijos? ¿En qué se basan los poderes públicos para usurpar la elección que corresponde a los padres? ¿Por qué la administración educativa va a imponer los valores que considere prioritarios en lugar de los padres? ¿Qué razones llevan a los padres a optar por la red de centros concertados? Animo a que los defensores de una escuela pública excluyente hagan un trabajo de autocrítica, salgan del olimpo y bajen a la tierra, analicen su proyecto educativo, los procedimientos que aplican, y pongan soluciones de modo que las familias demanden sus centros. Seguramente que esto sí nos llevaría a una educación de calidad y a escapar del pesebrismo.

Finalmente recordar, que la escuela concertada no solo es la red de centros católicos, que también los hay de ideario laico, y otros totalmente aconfesional. Muchos de estos, cuya titularidad recae en un grupo de profesores conformados en cooperativas, buscan en la soledad desarrollar su vocación de educadores. Igualmente, animar a la escuela católica a ser más militante, a abandonar las metáforas de educar en la interioridad o poner en sus reclamos publicitarios la cultura emprendedora, las nuevas tecnologías…, como si fuéramos una tómbola de feria. Eso se da por supuesto en los nuevos tiempos. Pero lo que no se ve tan claro es que presentemos, sin miedos ni complejos, nuestra identidad cristiana y evangelizadora. Si esto no está, no hay razón para estar.


"Amoris laetitia"; y, de lo mío, ¿qué?

El 19 de marzo, solemnidad de San José, el Papa Francisco regalaba a la Iglesia la Exhortación Apostólica Postsinodal “Amoris laetitia”, un escrito esperado y deseado por todos los católicos, y también por aquellos que viven lejos de la fe o de la Iglesia Católica; agua viva que viene a empapar una tierra dolorida y que, seguros estamos, dará abundantes frutos en las personas, las familias y la construcción de la sociedad.

Es el resultado de un trabajo en el que ha participado la Iglesia universal, desde los pequeños grupos parroquiales diseminados por todo el orbe hasta los centros universitarios y expertos en la materia. Un camino de dos años que, como afirma el Papa,permitió poner sobre la mesa la situación de las familias en el mundo actual, ampliar nuestra mirada y reavivar nuestra conciencia sobre la importancia del matrimonio y la familia”. Un camino que no ha estado exento de dificultades; debates que no en pocos casos, hemos percibido a través de los medios de comunicación,  temor a la división; diatribas que iban “desde un deseo desenfrenado de cambiar todo sin suficiente reflexión o fundamentación, a la actitud de pretender resolver todo aplicando normativas generales o derivando conclusiones excesivas de algunas reflexiones teológicas”.

Después de la publicación de esta Exhortación, se han levantado voces afirmando que el contenido es una reflexión personal y no un acto del Magisterio. Efectivamente, no es aplicable al magisterio infalible, pero lo que no se puede obviar es que pertenece al magisterio Pontificio y que exige adhesión a la enseñanza sin excluir una maduración en la comprensión del problema ni una reforma eventual de la misma enseñanza. En la Lumen Gentium (25) se afirma que hay que prestar obediencia religiosa de la voluntad y de inteligencia al magisterio auténtico del Papa incluso cuando no habla “ex cathedra”.


Por ello, es justo animar a todas las comunidades a acercarse a este documento con humildad y sencillez; no caigamos en la tentación fácil de hojear el texto con la intención simplista de decir “y, de lo mío, ¿qué?” Es un tesoro que ha brotado del corazón de la comunión eclesial y que nos ayudará, tras su estudio, oración y reflexión, a impulsar el anuncio del evangelio de la familia y de la vida. El Papa Francisco nos pone en el camino de mirar con infinita misericordia a la familia con el objeto de regenerar una sociedad que ha olvidado a Dios.

miércoles, 13 de abril de 2016

Urge el consenso

El periodo democrático en España comenzaba con una Ley de Educación (LGE) que se aprobaría en el año 1970 y que estuvo vigente hasta 1980; año, en el que UCD quiso implantar una nueva ley (LOECE) que tras el recurso del PSOE, el golpe de Estado del 23 F y la consiguiente victoria electoral del PSOE, nunca llegó a entrar en vigor. En el año 1985, el PSOE puso en marcha la LODE, que incorporó el sistema de conciertos. En 1990, el PSOE liquida la LGE e implanta  la LOGSE dando más competencias a las comunidades autónomas. Cinco años después, el PSOE puso en marcha la LOPEG, conocida como Ley Pertierra, que contó con la oposición del profesorado. Estando en el gobierno José María Aznar, año 2002, elaboró una ley conocida como LOE que nunca llegó aplicarse, porque en el 2004, con Rodríguez Zapatero en el gobierno, la paralizó. Este último, en el 2006, elaboró la Ley Orgánica de Educación (llamada LOE) muy criticada por la introducción de la asignatura de Educación para la Ciudadanía y porque se consideraba que era menos exigente académicamente ya que no tenía en cuenta el mérito y el esfuerzo.

Y ahora mismo nos encontramos con la LOMCE, que se aprobó en el año 2013, también llamada Ley Wert, con los votos del PP. Esta semana hemos conocido que en el Congreso se votó la paralización del calendario de implantación de esta Ley. Dado el escenario político en el que nos encontramos, parece bastante difícil que no se comience su aplicación. En definitiva, esto arroja dos cuestiones importantes: la primera, que en algo más de 35 años solo el PSOE ha mandado e impuesto sus criterios en el régimen educativo, por lo que se deduce que algo tiene de responsabilidad en sus carencias y en la imposibilidad de cambiar el tan cacareado sistema productivo; y segundo, que nuestros representantes políticos han dado suficientes muestras de incapacidad para llegar al consenso y no someter, algo tan crucial para el desarrollo de un país como la educación, a las trincheras ideológicas.


La gran mayoría de nuestros representantes políticos no tienen conocimientos suficientes para desarrollar un proyecto de ley que dé continuidad y sostenibilidad en el tiempo al sistema educativo. Precisamente ellos son los responsables de que no exista consenso en algo tan importante para la sociedad. Desconfían de aquellos que sí son expertos en la materia. Deberíamos ir a un trabajo técnico, desnudo de connotaciones ideológicas, y después dejar autonomía verdadera de funcionamiento a los centros, los cuales enriquezcan el proyecto básico con una oferta educativa que responda al tipo de educación que demandan las familias. El Estado y los distintos agentes intervinientes han de garantizar el acceso universal a la educación pero sin violar ni imponer un proyecto educativo determinado. Son los padres los primeros y únicos competentes para decidir el modelo de educación que desean para sus hijos.

Nueva imagen

En estos últimos meses, el Cabildo de la Catedral de Córdoba ha sufrido ataques injustificados de un sector mediatizado que se arroga el título de “ciudadanía de Córdoba”. Un título que parece ser no abarca a la gran mayoría de ciudadanos que valoran el quehacer del órgano catedralicio, o el numerosísimo grupo de cofrades que demandan una segunda puerta, o los católicos -90% de la población cordobesa- que tampoco entran en ese rango conceptual. En definitiva, una minoría ideologizada que se atribuye el derecho de hablar en nombre de la ciudadanía cordobesa.

El Cabildo de la Catedral de Córdoba es un colegio de Sacerdotes encargado de las celebraciones litúrgicas en la Catedral, el cuidado pastoral de los fieles, la cultura, como un espacio abierto al visitante que pueda disfrutar con respeto a su identidad de lugar sagrado, a la caridad concretada en las distintas obras sociales en Córdoba y el exterior, así como gestionar y conservar el conjunto de bienes y patrimonio de la Catedral. A razón de esto último es lo que ha llevado a esta institución, con el apoyo y ánimo del Obispo, a realizar un estudio serio, asesorado por expertos, con el objeto de seguir en la línea de la mejora continua como viene haciendo durante 8 siglos.

En tanto, otros, han estado en este tiempo distrayendo la atención sobre cuestiones que afectan al día a día de la ciudadanía, u otros, pontificando dogmáticamente sobre cuestiones donde ha quedado evidente su falta de rigor; el Cabildo, rubrica con acciones su llamada a la responsabilidad y a trabajar por el bien y desarrollo de la ciudad en aquello en lo que puede prestar su colaboración de una forma directa, como puede ser en la promoción turística de la ciudad. Igualmente, fruto de esa buena gestión se realizan numerosas acciones en favor de los más pobres, en el sustento de instituciones comprometidas con las personas en situación de exclusión…, y en el cuidado y conservación del patrimonio de nuestra diócesis. Y esto no es demagogia, ni es un eslogan o titular, esto es baño de realidad. Porque hemos podido tener conocimiento de los ingresos por turismo y a qué se destinan, publicados con total transparencia y, en cambio, la ciudadanía aún no conocemos los costes o el destino de los ingresos de otros bienes patrimoniales de Córdoba destinados al goce y disfrute de los turistas.


El cabildo ha dado un nuevo paso con la puesta en marcha de su imagen corporativa adaptándola a los nuevos tiempos, que se comporta de modo diferente en lo que respecta al culto en nuestra Catedral y en los demás ámbitos de alcance incluida la difusión y promoción turística del Conjunto Monumental. El Cabildo Catedralicio muestra con sus acciones la decidida voluntad y espíritu constructivo de colaborar por el bien de Córdoba. Ejemplo del que deberían tomar nota otros y ponerse manos a la obra.

sábado, 9 de abril de 2016

Alma de la Catedral: su gente

Domingo de Resurrección, nuestro Señor camina por las calles de nuestra Córdoba, transformándolas en una nueva primavera. De todos los lugares del mundo vendrán a contemplar, admirarse, deleitarse en la belleza de los geranios, claveles, damas de noche, petunias, gladiolos, y el incipiente alumbrar de los nardos. Todo será un aroma embriagador del azahar tardío a nombre de Resurrección y que se confundirá en el ocaso de la primavera y verano con el fascinante y arrebatador aroma a nardo, y a mí, a aroma a Virgen de la Sierra.

¡Virgen de la Alegría! Esplendorosa, cándida, fragor de ternura y belleza que inundas la Axerquía de color, mansedumbre, hermosura, candor y ternura de la pureza que mana de los labios de las monjitas de Santa Isabel que dulcemente elevan melodías angelicales y musitan en la debilidad y la timidez la beldad de la eternidad que proclaman los ángeles y arcángeles al admirarse de la excelsa preciosidad que en la humildad, dolor, llanto, abandono…., estuvo quieta, amante, susurrante, doliente, escondida al pie de la cruz; allí donde nadie quiso estar. Pero la Madre de Dios, como cualquiera de vosotras benditas madres, no renegó, no huyó… era su hijo, y ante el drama de un hijo no hay madre que ligeramente vuelva su torso y asome su delicada espalda. Ella, fuerte, valiente, única…, sí, Señora de la Alegría en el dolor, transforma la noche en un nuevo amanecer. Córdoba se renueva cada domingo de Resurrección desde la Axerquía inundando de divinidad cada rincón de nuestra Córdoba que por muy agreste y escarpada que sea su serranía, pensada y dibujada por el Beato Álvaro para conmemorar la pasión, queda presa del jugueteo de los querubines y serafines, para cantar y bailar, elevar sonrisas y miradas llenas de vida, porque Córdoba nace a una primavera de cruces llenas de colorido y vida; patios que desgranan alabanzas y piropos al creador por intercesión de la divina Señora triunfante que en el ocaso de mayo se convierta en un haz de fiesta inusitada e indescriptible al amparo de la Divina Virgen de la Salud para postrase luego e inclinarse a la verdad de un pueblo ante el Divino Sacramento, postrarse, adorarle… y simplemente decir sí, eterno amor de mi vida.


En este clima de complicidad, y con el permiso de nuestro director, me vais a permitir elevar un canto de gracias por las hermandades, los medios de comunicación y mucha gente más en esta Semana Santa histórica. Pero, indudablemente, por todos los profesionales que se han sacrificado en la ardua tarea de llevar a cada rincón lo que acontecía en cada momento, pensando en aquellos que no han tenido la oportunidad de vivir a pie de calle esta preciosa e irrepetible semana. Y quiero tener un especial recuerdo a mi equipo en la Catedral de Córdoba, y cuando digo equipo también a mi gente del “El Día de Córdoba”; pero es que los más de la cincuentena de trabajadores del Cabildo Catedral se han dejado la piel. Aunque hayamos cometido errores, y no hayamos estado a la altura de las expectativas…, os puedo asegurar que todos han puesto el corazón y la vida. Han sacrificado el don más preciado: sus familias. Citando a Miguel Espejo, responsable de mantenimiento y conservación y capitán en la realización; Manuel Fontiveros y Rafael Iglesias, en la difícil y preocupante área de seguridad; Jesús Tudela, en el ámbito de la administración y gestión; Agustín Jurado en las labores de producción y responsable de medios de comunicación; expresar mi gratitud y la de todos por el buen hacer sencillo y humilde y, a la vez, envidiable en el mundo entero, porque envidiable es el templo que nos acoge: la Mezquita-Catedral.