Comenzar una pequeña aventura

Comenzar no siempre es fácil porque el ser humano no gusta del riesgo, tiene pánico a dar el salto al vacío porque ha perdido la alegría de soñar. Dejó oculta en la niñez la inocencia de confiar que los sueños los podemos alcanzar y realizar.

Inicio esta aventura del blog con cierto nerviosismo e inquietud, ya que avanzo por un sendero hasta ahora desconocido, pero al mismo tiempo, con entusiasmo e ilusión porque me apasiona todo aquello que puede ser una aventura que abra un horizonte nuevo a mi pequeño velero y le permita soltar amarre y navegar a la espera de encontrar nuevos lugares y experiencias que rompan las fronteras que terminan ahogando el alma y envejeciendo el corazón.

El título "Olor a oveja", es poco original pero muy sugerente ya que para todos los sacerdotes fue un toque de atención tierno y cariñoso del Papa Francisco. Me he permitido dar este nombre al blog por el simple hecho de que también en el mundo virtual estamos llamados a experimentar esta imagen que el Señor nos propone en el Evangelio. Una imagen, una palabra... una simple conversación... un pequeño comentario... puede ser el punto de partida donde compartir, en verdad y libertad, la vida misma y percibir con mayor intensidad y cercanía la realidad de una Iglesia Universal, madre y maestra, que acoge a todos aquellos hombres y mujeres de buena voluntad.

Desde esta sencilla ventana deseo compartir con vosotros la propia vida y aquello que me sugiere la realidad presente. Por esta misma razón, os invito a que con vuestros comentarios podamos juntos avanzar y ayudarnos a crecer buscando siempre el bien y la justicia. La libertad, la verdad... no están reñidas con la caridad. Todo lo contrario. No se puede construir sino es sobre buenos cimientos, sobre roca, y ¡qué mejor roca! que el corazón de Cristo.