lunes, 21 de abril de 2014

La Tumba vacía

Es curioso que cuando llega el momento culminante que Jesús había anunciado nadie estaba allí para contemplar su victoria sobre la muerte. Nadie vio la Resurrección del Señor. Sí, que las gentes del lugar no se privaron de ver el drama esperpéntico de la Pasión, la humillación profunda, el destrozo psicológico y material del alma y del cuerpo de Jesús, la victoria de la malicia, el triunfo del mal.

No conocemos cómo y cuándo Resucitó el Señor. Lo cierto es que nada ni nadie pudieron impedir que la tumba se abriera, y aparecieran en su interior las vendas de lino, y el paño que habían colocado sobre la cabeza de Jesús, doblado y colocado aparte. Este es el testimonio, la tumba vacía, que movió a los discípulos a recordar las palabras de Jesús, a ver que todo se había cumplido, a creer y adherirse por completo.

De quedar así, la duda se habría sembrado. Así lo pretendieron los mismos que condenaron y ejecutaron al inocente por excelencia. Pero es el mismo Señor, quien rompe los esquemas y planteamientos humanos cuando hace a María Magdalena el regalo de ser la primera en verle y escucharle, el regalo de colmar el vacío del corazón que estuvo al pie de la cruz, y llenar el vacío de la tumba con el mandato de ser la primera en comunicar la alegría de la buena nueva a sus hermanos que estaban ocultos por miedo.


A partir de este instante comienza una cadena testimonial que ininterrumpidamente llega hasta nosotros en verdad; que nos permite gritar y cantar: ¡Mi alegría, Cristo, ha resucitado!, como hacía San Serafín de Sarov.

viernes, 18 de abril de 2014

El gran silencio

¡Mirad el árbol de la cruz donde estuvo clavada la salvación del mundo! ¡Mirad el costado de Cristo! Contemplad el instante en que el soldado romano abre la fuente de la que mana la vida, la salvación, el don de nuestra felicidad. Un surtidor de agua y sangre símbolos del bautismo y de la eucaristía, que como afirmaba san Juan Crisóstomo, en estos sacramentos se edifica la Iglesia.

Es una jornada para postrarse y adorar la cruz; la señal que identifica a los cristianos y que hemos de recuperar prendiendo de nuestro cuello o santiguándonos al pasar por las puertas de los templos. Es jornada para recorrer el itinerario del Vía Crucis y participar de la procesión de “Cristo muerto” hasta el sepulcro, obra de misericordia de los que nos tenemos como amigos y discípulos del Maestro.

Es el día para estar junto a la Madre Dolorosa, que envuelve en un manto trémulo de dolor el cuerpo yerto de aquel que en otro tiempo envolvió en pañales de gozo. Ahora ella llora en soledad, su corazón constreñido de angustia, traspasado por la vil y cruenta espada de dolor y tormento. Ella personifica a todas las madres que han llorado la muerte de un hijo. No hay consuelo. Sólo lágrimas y llanto silente.


Un gran silencio y soledad envuelven al mundo. Noche de vigilia y espera. “Todos los que militáis debajo desta bandera, ya no durmáis, ya no durmáis, pues que no hay paz en la tierra” (Santa Teresa de Jesús)

jueves, 17 de abril de 2014

La Madrugá

El día de hoy se presta en los corrillos cofrades para discutir y contender sobre la ausencia de una “madrugá” en Córdoba. Un proyecto que nace viciado en el punto y hora en que perdemos de vista lo que da fundamento a esta noche de pasión.

Los cristianos, y los cofrades en particular, están llamados a vivir intensamente en el templo los próximo tres días. “La Iglesia celebra, "en íntima comunión con Cristo su Esposo", “los grandes misterios de la redención humana”. Si no acudimos en masa, como la gran familia de los hijos de Dios, a los Santos Oficios todo lo que hemos expresado en la calle carece de sentido.

En la tarde del Jueves Santo, participamos en la misa de “in cena Domini” que actualiza la acción de Cristo que nos reúne en torno a su mesa. La nota dominante es el amor, que instituye la Eucaristía, el orden Sacerdotal y se nos da un mandato nuevo: amaos los unos a los otros como yo os he amado.

A partir de este momento, en el ocaso de la tarde, iniciamos una verdadera “madrugá” de contemplación y recogimiento. Una noche que hunde sus raíces en Jerusalén, en la vigilia de oración que se prolongaba durante toda la noche del jueves al viernes. Una noche para quedarse, admirar y acompañar a Jesús en la pasión y mitigar su soledad.


Un precioso día, donde el sol reluce como nunca,  para practicar la bellísima y piadosa tradición de visitar al menos siete “monumentos”.

miércoles, 16 de abril de 2014

Tengo Sed

En este día, os invito a contemplar a Cristo clavado en la cruz y a escuchar de sus balbucientes labios pedir agua.
Pensemos por un instante en los hambrientos y sedientos del mundo. Aunque parezca mentira, en la actualidad son muchos los millones que no tienen agua para beber, que mueren de hambre, que claman y gritan: ¡Tengo hambre! ¡Tengo sed!
Pensemos en las víctimas de las injusticias, la represión y la guerra, en los que han perdido la esperanza de encontrar en esta tierra las indispensables condiciones de vida que reclama su dignidad de personas e hijos de Dios, en aquellos que sienten en sí hambre y sed de justicia, amor y paz.
No miremos a otro lado. El verdadero discípulo busca padecer los mismos dolores de Cristo, tiene sed de justicia, solidaridad, de superar las diferencias; tiene sed de pasar largos ratos en la presencia de Dios, de estar al lado del pobre e indigente, de gastar su vida al servicio de los enfermos y desvalidos, de crear el mejor mundo donde puedan crecer nuestros pequeños; tiene sed de que las jóvenes parejas nazcan con un proyecto consolidado, de apoyar a los matrimonios en dificultad, de consolar a los ancianos y menesterosos; tiene sed de acompañar a aquel que es rechazado por  la sociedad, acoger la cruz del otro y ser cirineo abnegado.
Tiene sed de ser otro Cristo. El rostro del Cristo sufriente, varón de dolores, siervo de los siervos. Tiene sed de ser causa de salvación para otros.

martes, 15 de abril de 2014

Misa Crismal

En la Santa Iglesia Catedral tendrá lugar la celebración de la Misa Crismal. Una Eucaristía que, por desdicha, pasa muy desapercibida para todo el pueblo fiel y que tiene unas connotaciones que afectan directamente a la vida cristiana a lo largo del Año Litúrgico.

En esta ceremonia se consagra el Santo Crisma –óleo perfumado que representa al mismo Espíritu Santo-, con unge a los obispos y sacerdotes el día de su ordenación sacramental, y nos es dado con sus carismas el día de nuestro bautismo y confirmación. Se bendice el óleo de los catecúmenos que extiende el efecto de los exorcismos, recibimos la fuerza para rechazar el mal antes de renacer a la vida nueva en Dios; y el óleo de los enfermos, que remedia las dolencias del alma y el cuerpo, para poder soportar y vencer con fortaleza el mal y alcanzar el perdón de los pecados.
el que se

En Esta Eucaristía se pone de manifiesto la plenitud sacerdotal del Obispo, y en la que participan todos los sacerdotes de la Diócesis como signo de la unión estrecha con él. Un día extraordinario para pedir por nuestros pastores, que se ocupen de su rebaño y no se apaciente a sí mismos. Pastores que no huyan ante la adversidad, que conocen a sus ovejas y están dispuestos a entregar la vida.


Un buen día para pedir por los consiliarios, los sacerdotes ancianos y enfermos, y también orar por las vocaciones la ministerio sacerdotal.

lunes, 14 de abril de 2014

Aroma a nardo

Ayer disfrutamos de una eclosión de alegría y colorido en la mañana que fue tornando en el ocaso del día en recogimiento, quietud, intimidad en el cara a cara con Jesús. Hoy iniciamos un itinerario de tres días donde gustaremos la contemplación de la figura del Siervo de Yhwh silenciosa y majestuosa para introducirnos en el misterio pascual.

Los hogares, plazas y callejas de nuestra ciudad están embriagados por los aromas del incienso, la cera, el azahar, el clavel y lirios en la peana de mi Cristo; calas, rosas y camelias bajo un palio que salvaguarda a la Madre de Dios; y los alelíes del huerto conventual que albergan ramilletes de corazones puros que interceden por nosotros.

Así quedaron todos en Betania, cuando el corazón arrepentido de María Magdalena se postró ante el Divino Maestro y destapó el bálsamo a aroma de nardo puro para ungir sus pies y secarlos con sus cabellos. Una atmósfera de afecto y amistad, amor en su máxima expresión, violentado por la mezquindad y avaricia del traidor.

También hoy la maldad perturba y ensombrece el itinerario de dulzura y justicia que nos ganó nuestro Redentor. Vivimos tiempos convulsos donde gobernantes corruptos dictan políticas que agrandan las distancias en las personas y los pueblos; poderes económicos que generan bolsas de pobreza e impiden el progreso y desarrollo humano. Una sociedad que niega al hombre su dignidad.


Esta noche, en el silencio, mira tu ánima y decide si quieres imitar a María Magdalena o a Judas, el traidor.