Una experiencia exitosa

Bien saben que hace varios años la Agrupación y la Delegación Diocesana de Hermandades y Cofradías, junto con el Instituto de Ciencias Religiosas Beata “Victoria Díez” pusieron en marcha un curso de formación cuyos destinatarios eran principalmente los cofrades. En la primera ocasión, tuvo una acogida extraordinaria, y en este  aún  ha sido mayor el número de alumnos.

En ambos cursos, tuve la suerte de participar como docente, en los que he disfrutado mucho haciendo aquello que me gusta. Además,  tengo que dar gracias a Dios por todos los alumnos, a los que admiro y respeto, para ellos supone un esfuerzo extraordinario dedicar un tiempo, con seriedad y responsabilidad, al estudio, sacrificando la vida familiar y el descanso. Pienso que es un instrumento muy válido para preparar agentes pastorales que después, en sus propias hermandades, puedan colaborar con los consiliarios liderando las diversas acciones formativas.

En esta misma línea, valoramos la incorporación masiva de adolescentes y jóvenes a las Cofradías; pero, como reclamaba el pregonero de la juventud 2014, habría que pensar cómo acompañarles en el proceso de maduración y crecimiento en la fe. No es nada fácil acertar en propuestas que puedan motivar a los jóvenes a iniciar un camino serio de catequesis y celebración de la fe. Están más predispuestos al compromiso solidario que realizan con mesura y generoso espíritu de servicio. Indudablemente, todos tenemos la grave responsabilidad de articular los medios para satisfacer esta necesidad, ya que de lo contrario, podemos estar construyendo un edificio grandioso con los cimientos muy frágiles.

El objetivo es que cada día crezca el número de cofrades, y que tengan una auténtica experiencia de encuentro con el Señor, celebren la fe, se ejerciten en la caridad y sean capaces de dar razón de la misma en los ambientes en los que viven. No sé si por la edad o por cualquier otro motivo, pero no he sido capaz de dar con la tecla y poder atender a los jóvenes de las hermandades de mi parroquia como bien merecen. Por eso, estoy abierto a sugerencias y a poner en marcha cuantas iniciativas me propongáis. Lo mismo que os animo a todos los miembros de las juntas de gobierno a realizar el curso de hermandades y cofradías que os ofrece el Instituto de Ciencias Religiosas y la Agrupación.