martes, 24 de diciembre de 2013

Una luz brilla en la noche

Queridos amigos,

Escribo unas horas antes de que celebremos el gran acontecimiento del Nacimiento del Hijo de Dios. Y comparto con vosotros las palabras de la 1ª Lectura: "El pueblo que caminaba en tinieblas ha visto una gran luz; a los que habitaban en tierra de sombras una luz les ha brillado"

Vivimos unos tiempos difíciles, un caminar entre las tinieblas que acrecientan el dolor de un pueblo que sufre y vuelve su mirada al Padre de la justicia y la paz. Para todos aquellos que se sienten huérfanos de amor, amistad y comprensión;  que padecen en sus hogares las carencia de un trabajo y del alimento; los jóvenes bien preparados y que ven frustrados sus sueños de servir a la sociedad allí donde pueden aportar y vaciar el saber y buen hacer; los que en sus cuerpos llevan marcadas las llagas de la enfermedad; los que lloran la ausencia de las personas que amaban y que partieron para la casa del Padre; los que sufren el horror de la violencia y la guerra; los que viven tristes y sin esperanza... para todos aquellos que han perdido la sonrisa y el aliento para elevar un canto de esperanza, un canto de alegría...

Sabed que la estrella de Belén hoy se posará en vuestros corazones. Todos vosotros sois el aprisco, el pesebre donde el Niño Dios va a posarse. ¡Estad alegres y contentos! Hoy vuestros corazones quedarán iluminados y preñados de la gracia divina. Él en su pequeñez, humildad y sencillez os sentará en su trono de gloria, y hará de todos vosotros alegres pastores que con los ángeles proclamarán su gloria a todos los rincones. Esta noche, todo lo hace nuevo. Te hace nuevo a ti. Desde esta noche todo en tu vida cambiará, confía en Él, como lo hizo María al escuchar el anuncio del Ángel y San José mientras dormía, ambos superaron el temblor y el pavor, se dejaron llevar por el amor de Dios. No dejéis de confiad y no dudéis del anuncio del ángel: Hoy en Belén os ha nacido el Salvador, el Mesías el Señor.

Y para todos aquellos que habéis sido piedras en el camino de la justicia; aquellos que os habéis convertido como posaderos inhóspitos incapaces de acoger el amor y haberos dejado seducir por la avaricia, la envidia, el deseo de poder, ciegos del absurdo del prestigio y la vanidad; aquellos que marcháis por la vida como un Herodes cualquiera; aquellos que depositáis grandes y pesadas cargas sobre los hombros más débiles; aquellos capaces de mercadear con la amistad, los afectos, el amor...; aquellos que aspiráis a los palacios y actuáis como príncipes miserables; aquellos que ignoráis el camino de la verdad y la libertad; aquellos que revestís vuestra vida de oropel para encubrir la podredumbre...; para aquellos que viven la vida de espaldas a Dios...

Sabed que estáis a tiempo de recibir la gracia si os confiáis  al cielo estrellado y abandonáis las seguridades mundanas viviendo a la intemperie de una noche sin igual donde reside la bondad del que llega, la justicia de un rey revestido de humildad, la alegría de lo pequeño... aún estáis a tiempo de escuchar en el interior el revoleteo de los ángeles que salen a tu busca y en volandas desean mostrarte el camino de la verdadera felicidad. Abrir vuestra alma y dejar que el Niño Dios la ilumine y la colme de su ternura y su gracia. Otra vida descubrirás. Mejor dicho, descubrirás la vida verdadera.

Para todos, Feliz Navidad. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario