Entre
el olor del incienso
dos
arcángeles te escoltan.
Y
dos columnas de oro
Una
cúspide dorada
te
coloca una corona.
Y
flores de mil colores
te
perfuman con su aroma
Dos
querubines alados
sobre
verde sementera,
a
tus pies ponen Señora
dos
jarras con azucenas
Sobre
un blanco pureza
seis
letras van dibujando,
El
nombre de un pueblo amante
que
hasta Ti llega cantando.
Con esta letra que delicadamente cantan
unos amigos rocieros, quiero expresar la alegría y expectación que ahora mismo
hay en la aldea del Rocío a la espera de la hermandad de nuestra tierra. En los
días previos lo han hecho las hermandades de nuestra provincia que también han
sufrido los rigores de este camino.
Hoy los peregrinos cordobeses serán
recibidos con el tintineo de unas campanitas que tocan a gloria y que hacen
presente nuestra ciudad trayendo el eco de las campanas de nuestra Catedral. El
repicar exultante en la salida del Simpecado hoy trona excelsamente en esta
aldea trasladando al corazón de la Señora de las Marismas los anhelos de todos
los cordobeses.
El sol comienza hacer acto de presencia,
y los rostros de los peregrinos que de todos los puntos cardinales se han
desplazado hasta este lugar comienzan a dibujar una sonrisa, una mirada viva e
ilusionante. Ahora sí, comienza una romería donde lo primero es la Virgen, y luego
el compartir con algazara: cantos y bailes, para expresar el inmenso regocijo
que nos inunda a todos al estar bajo el manto de la Madre de Dios.
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