Eres
Reina de los Cielos, quien dirige y maneja nuestras vidas... no tuve cuna
rociera, ni me hablaron de ti..., te presentaste en mi vida para quedarte,
cuando quizás consideraste, que estaba preparado para recibir la venida de tu
revuelo. Ocho rosas, rosas engalanaban tu semblanza cuando de frente te vi.
Previamente me allanaste el camino, para alcanzar lo que hoy día me ofreces.
Cuando
Cabra se iba a los caminos, cuando en Córdoba veía irse la carreta por el
puente, me preguntaba: y yo... por qué no? ¿Por qué no conozco a nadie que me
lleve? ¿cómo podía llegar hasta ti? Sea lo que fuere, era imposible, todo un
sueño... no sabía lo que había al otro lado de esa marisma que te acurruca.
Eres
tan grande, que me guardaste el regalo al completo. Pusiste en el camino de mi
vida, a la persona vínculo de mi amor hacia Ti, quien me enseñó a vivir ese
Rocío a lo grande en todas sus vertientes, a quien yo escuchaba deseoso cuando
me iba adelantando lo que iba a suceder... pero ahora ya te tengo en mi
interior, tengo mi Rocío particular, que no deja de ser más que, ese
reencuentro, el caminar conjunto, de compartir, estar presente y no faltar con
quien se encuentra a mi lado. Unos van y otros vienen, pero esta familia se
amplía.
Si
hoy comparto este Rocío, es señal que ha tocado mi interior. Y que nadie se
avergüence de no haber estado, de no haber visto una romería o de no haber
sentido... Pues cada uno empieza su Rocío cuando la virgen lo llama, en
silencio, en soledad, sin flautas ni guitarras, la Virgen y tu hablando a
solas...
Que
nuestra Rocío del Cielo, de Lágrimas o de Marisma sólo traiga salud y buenos
momentos compartidos con todos.
Buenos
días romeros!! Feliz viernes!!
Fernando Castro Roldán
No hay comentarios:
Publicar un comentario